Hecho 1: Como expuso Claudia Magallanes en su participación con Carmen Aristegui, la despidieron de la UDLA por no obedecer la orden de la rectoría de censurar a los estudiantes tras la publicación de unas notas y caricaturas con motivo de la visita del Gobernador Mario Marín al informe de Pedro Ángel Palou en octubre de 2006.
Hecho 2: En enero de este año, argumentando que era necesario llevar a cabo una reestructura por el servicio social de la publicación, no se publicó durante tres semanas (en La exCatarina viene un artículo al respecto). Las autoridades cerraron la sala de redacción y desalojaron a los estudiantes. Los catarinos, al lograr llamar la atención de universidades en Estados Unidos, hacen que las autoridades reculen y devuelven La Catarina.
Hecho 3: El equipo original de La Catarina anunció el 22 de agosto que no iba a continuar publicando “el semanario hasta que las autoridades de la universidad garanticen un documento para que podamos informar sobre cualquier suceso. Además pedimos garantías para que quienes declaren para La Catarina no sufran represalias". A pesar de este anuncio apareció una catarina apócrifa, por eso el doctor Romero dice que "nunca se ha dejado de publicar". Técnicamente tiene razón pero desde la ética y la justicia, no.
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